Caso clínico del día de hoy: "No se qué me pasa, últimamente no escucho a mi esquina en las peleas y eso me causa mucha angustia. Por alguna razón, en las 2 últimas peleas, me he sentido bloqueado y por más que quiero, no puedo escuchar ni seguir las órdenes de mi esquina". Curiosamente, este motivo de consulta se ha presentado 3 veces en menos de un mes en diferentes peleadores. Aquí una probable explicación.
El boxeador entrena su oído desde los inicios de su carrera, al estar haciendo sparring. Es capaz de escuchar y discernir las indicaciones de la esquina mientras boxea, ejecutarlas sin perder atención y estando concentrado en sus movimientos y en su rival. Todas esas acciones hablan de una pena conciencia y adecuados reflejos.
¿Qué pasa entonces con este ejemplo, donde el peleador manifiesta que "no" escucha a su esquina? Esto puede explicarse por dos motivos: se encuentra inatento y por lo tanto desconcentrado y la segunda causa es que pudiera estar experiementando altos niveles de ansiedad.
Cuando el boxeador se encuentra inmerso en su entrenamiento o en su pelea, es difícil que tenga un desempeño inadecuado. Sin embargo, en ocasiones hay pensamientos intrusivos o situaciones que pudieran llegar a afectar al peleador y que ésto lo distraiga de alguna manera y lo haga perder concentración. Durante este último año, todos nos hemos enfrentado a situaciones estresantes y complicadas, por lo que es necesario que el gremio deportivo se acerque al personal de salud mental para trabajar concomitantemente estas situaciones a la par de los entrenamientos y que éstos no se vean afectados.
No es lo mismo subirse al ring con la cabeza despejada, que llena de dudas, temores, problemas sin resolver y factores que le preocupen.
Así mismo, siempre es importante indagar si el peleador está presentando ansiedad. En el consultorio se han presentado casos donde el boxeador presenta ansiedad al entrenar o pelear por temor a ser lesionado y eso interfiere con su rendimiento. Hay que instarlo para que externe todo aquello que le incomode para que al subir al ring se encuentre en óptimas condiciones mentales.
No hay que omitir que también debemos descartar deshidratación extrema, ya que al no encontrarse en adecuadas condiciones, el cerebro deshidratado pierde gran capacidad en las funciones cognitivas y motoras, predominantemente en la atención y concentración.
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