Por: Psicóloga Diana Sosa, miembro del Claustro Docente de la WBC University.
Con el auge del feminismo y la proliferación de
los Derechos Humanos, la mujer ha ido tomando progresiva y positivamente un
papel fundamental en la sociedad en todo el mundo y en todos los aspectos
posibles.
En el deporte no podían quedarse atrás y mucho
menos el boxeo. Durante los últimos años, las boxeadoras han levantado la voz
manifestando su desacuerdo en algunas situaciones donde perciben que los
boxeadores les llevan ventaja, sobre todo en la cuestión económica.
Varias de ellas, han reiterado que las bolsas
recibidas en peleas (de campeonato o no), son significativamente menores que
las que las que reciben los hombres, situación que han tildado de injusta.
En una época de igualdad y equidad, lo anterior
debería nivelarse. Todas las boxeadoras son dignas de un salario adecuado al
nivel deportivo que tienen y muchas de ellas, han dado cátedras de boxeo en las
funciones donde se presentan. En todo el mundo, el boxeo femenil es garantía de
calidad, espectáculo y satisfacción.
En México tenemos a grandes exponentes y
campeonas. Las peleas femeniles son de auténticas guerreras que dejan
absolutamente claro quiénes son arriba del ring.
Todas ellas merecen además de respeto, un
reconocimiento extra en este deporte y esto puede demostrarse y definirse con
equiparar sus ganancias económicas a las de las peleas varoniles. Lo merecen y
no solo por el hecho de ser mujeres, sino porque hacen exactamente lo mismo que
los hombres cuando se preparan, entrenan y pelean.
Las boxeadoras se han ganado a pulso un lugar
en el boxeo, deporte que por muchos años fue restringido para ellas y que aún
es restringido en otros, por estigma hacia las actividades que supuestamente no
debería llevar a cabo una mujer (en Cuba, el boxeo femenil está prohibido).
¿Se han dado cuenta que casi no hay mujeres que
han presentado problemas en la báscula? ¿Qué casi no hay mujeres que han
perdido títulos en el pesaje? ¿Qué hay mujeres que han defendido por largos años
sus campeonatos y cinturones? ¿Qué son madres de familia y que regresan a
pelear después de su maternidad, mejor física y mentalmente que nunca?
Todo eso es porque psicológicamente las
boxeadoras saben que, a pesar de que tienen un lugar en el boxeo, éste no les
asegura su futuro. Por ende siempre dan su mejor esfuerzo, nunca bajan la
guardia para mantenerse vigentes. Con esto, ellas implícita y explícitamente
declaran que no pierden la esperanza de que su trabajo y esfuerzo sea siempre
reconocido y si esto incluye mejores bolsas económicas, será mucho mejor.
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